25 abr 2009

MAPUCHES... ¿qué Mapuches?


En primer término quiero aclarar bien aclaradito, especialmente para aquellos trogloditas que ante cualquier atisbo de igualdad ante la ley, ponen el escudo de los “Derechos Humanos”, que siento un profundo respeto por nuestros (mis) ancestros y pobladores originarios de estas tierras y de todas las tierras del mundo.

Muchos que se creen ilustrados dicen que no debemos llamar indígenas a los habitantes originarios (nueva denominación en curso) y están equivocados, por lo cual copio definición: “Indígena: expresa la relación de pueblo, de tribu, de casa, de familia, de sangre. Indígena viene de género, como génesis, voz que significa nacimiento o generación”.(*)
Dejemos otra de las tantas idioteces argentinas y vamos al tema.

Por razones que no vienen al caso, la semana pasada (abril 2009) debí hacer un viaje a la Ciudad de Bariloche.
Terminadas mis obligaciones laborales en tan pintoresco lugar, hice unos kilómetros para visitar a una familia de amigos queridos que viven en Villa la Angostura, otra ciudad preciosa de las que tiene el sur argentino.
Mi amigo es abogado y ejerce como tal en ese lugar de 15.000 habitantes.
A la mañana tempranito nos disponíamos a salir para visitar otro lugar hermoso como es San Martín de los Andes y, ¡sorpresa! Suena el celular de mi amigo con un pedido urgente de sus servicios como boga.
Un grupo de personas se estaban instalando en las tierras de un señor, dueño legítimo de las mismas.
Otro caso de los llamados “ocupas” y que tan asiduamente vemos por televisión en muchas partes del país.
Lo que no imaginaba que en un lugar tan alejado donde, casi podríamos decir, aún hay lugares desérticos, me iba a encontrar con un cuadro como los que nos muestra “Crónica TV” todos los días.

Mi amigo, junto con la policía del lugar y los dueños del predio, metidos en una batalla campal para defender una propiedad privada, lograron que estos “ocupas” que se autoproclamaban pertenecientes a la Comunidad de Habitantes Originarios de la zona y de la raza Mapuche, levantaran las carpas y retiraran las pertenencias que habían armado en el lugar.

Hasta aquí es una historia como tantas a las que estamos acostumbrados, con la diferencia del entorno geográfico: aquí son los monobloques periféricos a villas de emergencia y la presencia de las cámaras de televisión; allí son grandes extensiones de bosques rodeados de montañas y como espectadores los pájaros y alguna que otra liebre asustada.

Pero lo que me dejó con la boca abierta como buzón, fue que al terminar el escándalo, pude acercarme a los Habitantes Originarios, llamados Mapuches, ya que me picaba la curiosidad y, ¿con que me encuentro?

Los llamados Mapuches no eran otra cosa que un grupo de bolivianos indocumentados.

Saque usted sus propias conclusiones y no me joda con los DERECHOS HUMANOS!..

Hasta la próxima…

mariaValente (Lica)

(*) “Sinónimos Castellanos” - Roque Barcia- Edit. Sopena.- pag.335

8 abr 2009

"JESUS" RAUL RICARDO ALFONSIN


Sin negar que Don Raúl no ha sido santo de mi devoción, no dejo de reconocer que ha sido el Presidente del país, que intentó gobernar como pudo o como lo dejaron, que hizo cosas buenas y malas (tal vez mas de estas ultimas) y que, por sobre todas las cosas, es un ser humano que deja este mundo y merece respeto.
Pero lo que me ocupa hoy, no es "la muerte de Alfonsín" que, como todos sabemos, ha sido una muerte anunciada; lo que me ocupa es la cantidad de "Resucitados" a partir de esta muerte.Es como si hubiera dicho: "yo muero para que otros vivan"... (Mejor dicho: resuciten).
Casi, casi como Jesús con Lázaro (salvando las distancias, claro).

Desde que se supo la noticia el martes a la noche, todas las emisoras de radio y televisión, grandes, medianas y chicas, conocidas, desconocidas, oficialistas o contreras, no dejaron de exprimir sus debilitados cerebros buscando hacer "la nota".¿La verdad?, con perdón del término, me cago en la originalidad de nuestro periodismo...Además de repetir: "estoy consternado"; "estoy triste"; "estoy destruido" y cuantos mas "estoy" se te ocurran saliendo de la boca de periodistas y/o comunicadores para demostrar el profundo sentimiento por la muerte y así hacer la introducción de un reportaje a cuanto bicho que camina pudieron encontrar.Y es allí donde comienzan las resucitaciones.¡Que cosa, che!
Caras y voces que hacía años no se veían ni se escuchaban.Personajes sombríos, nefastos y hasta tragicómicos y que ya eran "muertos" de la política, se muestran con cara compungida y voz aguardentosa, alabando las bondades morales, políticas, espirituales y hasta físicas del occiso.
Buscando "aire, cámara y micrófono" para contar "la anécdota" que lo ponga mas cerca del fallecido.
Hasta el mas acérrimo de sus enemigos, que en tiempos pasados no les tembló la mano para escribir, ni la voz para decir cosas lapidarias de Don Raúl (bastaría con revisar un poco los archivos periodísticos y nos haríamos una panzada...), hoy lagrimean frente a una cámara de televisión y ponen voz de Ives Montand cantando Las Hojas Muertas, para llorar al que se fue.


Pero... ¿¡por que no se dejan de joder!?.. Falsos muertos en vida y se vuelven al sarcófago de donde los sacó "Jesús" Raúl Ricardo Alfonsín. QEPD
Hasta la próxima.


mariaValente