1 oct 2017

DE LA DECADENCIA ARGENTINA










Leer los periódicos en mi país (Argentina) ya no me resulta placentero.                                    

Hubo un tiempo en que los leía íntegros, hasta las necrológicas. Me deleitaba con los suplementos literarios, curioseaba en la seccion policiales y me detenia en política nacional.

Hoy con las necrológicas y el horóscopo me alcanza.

                Eran tiempos en que compraba dos y hasta tres periódicos por dia, de diferentes tendencias y sacaba mis conclusiones.  Casi una adicta a la lectura de la prensa nacional.

                No podía iniciar mi dia sin leer. Llevar a la cama ese rumor tan especial que hacen las hojas de papel, con ese olor a tinta inconfundible, mientras la luz del dia se apoderaba de la habitación.  Un placer tan simple y  tan  querido!

                Hoy, apenas  si compro un periódico los días domingo, dado que siempre es bueno tener en casa papel, para envolver alguna cosa o forrar el cesto de basura. Para eso con un solo ejemplar alcanza. Y no importa la ideología del editor.

                ¿Qué paso? ¿Qué nos paso? ¿Por que tanta mediocridad en un pueblo que supo y pudo estar entre los mas cultos de America?

                ¿Por qué pudimos tener hombres como los de la llamada generación del 80?

¿Es que cambiamos los habitos de alimentación? Tal vez tanta comida light no es buena para las neuronas, o la dieta de semillas nos esta llevando a tener cerebro de pajaritos… con la disculpa de estos bichitos que demuestran una inteligencia que a veces nos supera.

                Vamos que no podemos explicar el cambio, pero que estamos en el horno, estamos en el horno.

                Aunque intelectuales del subdesarrollo vomiten por TV teorías absurdas que intentan demostrar que el nivel intelectual de los argentinos es elevado.

                No señores, no se confundan ni quieran confundir a los habitantes de esta tierra. Ya no podemos creer mas en esas definiciones, solo con mirar los programas de televisión o leer lo periódicos, aquellos que aun conservamos el habito de pensar, vemos en que nos hemos convertido como país.

                ¿A quien se lo debemos? Mejor dicho, ¿a quien le tenemos que dar las gracias por este triunfo en la carrera del desarrollo?

                A nadie. Si señores  A — NA— DIE. Solitos hemos sido los responsables de tanta decadencia. Solitos hemos copiado de aquellos que están en el fondo del abismo. Solitos hemos puesto en el poder a ejemplares dignos de libro Guinness de los corruptos o de los inútiles. Solitos, en el silencio del cuarto oscuro hemos metidos en la urna la papeleta con esos nombres tétricos, dignos del elenco de una película de terror. Solitos, nadie nos llevo de mano. Lo hicimos por pura elección. Pero asi somos, pelotudos (como dice la reina) hasta para votar.

                Elegimos al “menos malo” no al mejor. Por eso los políticos que hemos tenido y que tenemos desde hace 70 años, y digo 70 años porque no quiero ir mas atrás, me aburre.

                Eso sí, somos capaces de reírnos hasta hacernos pis, de los monólogos de Tato Bores o de Enrique Pinti, genios de la palabra que desde la década de 60 han mostrado nuestras miserias con humor. Pero nos quedamos con eso, admirando a esos valientes y tantos otros como Discepolo o Landru, por nombrar algunos, que desde la sátira  nos gritan “verdades de a puños”, pero de intentar hacer algo para mejorar… ni hablar.  —Mucho laburo, che!! Total, mientras mi negocio funcione, el resto me ch… un huevo —

                Y asi somos y asi estamos. Estamos y estaremos “por los siglos de los siglos, Amen”.

Insisto: “Estamos fritos, argentinos.”



Maria Angelica Valente