9 jul 2009

PASARON LAS CRUZADAS




TERMINO EL TIEMPO DE ELEGIR

Y comenzó el tiempo de utilizar lo que elegimos.

No es peyorativo decir “utilizar”. No quisiera que se interpretara mal y que algún mal intencionado pensara que trato con desprecio a nuestros “elegidos”; no, no y no, lo juro como los juramentos que hacen ellos en el Parlamento.

Digo “utilizar” porque así como ellos nos “utilizaron” para obtener los votos que los pongan en el tan preciado asiento (lo de banca no me gusta mucho, en realidad es un asiento), ahora es nuestro turno de “utilizarlos” para lograr un poquito de bienestar social (con perdón del término).

Esta corta campaña, intensa y feroz, me hace recordar a Las Cruzadas. Si leemos una pequeña explicación de lo que fueron las Cruzadas, ¿no les trae a la memoria nuestra campaña electoral?

Las Cruzadas fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio y el afán hegemónico del papado (“del gobierno”) sobre las monarquías y las iglesias del Oriente (“los gobernadores e intendentes), aunque se declararan con el principio y objeto de recuperar la Tierra Santa (“de lograr el bienestar del pueblo”).
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en cumplimiento de un solemne voto para liberar los lugares Santos. (“para lograr el voto que nos llevaría a la bienaventuranza”)

Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.

Y así llegamos al tan esperado 29 de junio que, salvo para los ñoquis, no sirvió para otra cosa.
Bueno, en realidad si sirvió para otra cosa que no sean los “ñoquis del 29”, sirvió para:
* conocer el listado de los “ñoquis del nuevo periodo”.
* darnos cuenta, según dichos de la pareja real, que no sabemos sumar.
* ver que de los cientos de aspirantes solo conocemos a diez.
* conocer la capacidad histriónica de los candidatos gracias al señor Tinelli.
* darnos cuenta que las peleas entre opositores no lo eran tanto, ni las peleas ni los opositores.

Y podría seguir encontrándole justificativos al día 29 de junio… el día después.

Por eso vuelvo sobre mis pasos, utilizo este rinconcito en el blog, reafirmo el nunca tan bien puesto nombre de "ESTAMOS FRITOS ARGENTINOS” y no les daré tregua.
Los voy a tener con el aliento en la nuca (además voy a comer ajo todos los días), y veremos cuantas de las cosas que prometieron hacen.

La seguimos…
María Valente




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