Leer
los periódicos en mi país (Argentina) ya no me resulta placentero.
Hubo un tiempo en que los leía íntegros, hasta las necrológicas. Me
deleitaba con los suplementos literarios, curioseaba en la seccion policiales y
me detenia en política nacional.
Hoy con las necrológicas y el horóscopo me alcanza.
Eran tiempos en
que compraba dos y hasta tres periódicos por dia, de diferentes tendencias y
sacaba mis conclusiones. Casi una adicta
a la lectura de la prensa nacional.
No podía iniciar
mi dia sin leer. Llevar a la cama ese rumor tan especial que hacen las hojas de
papel, con ese olor a tinta inconfundible, mientras la luz del dia se apoderaba
de la habitación. Un placer tan simple y tan querido!
Hoy, apenas si compro un periódico los días domingo, dado
que siempre es bueno tener en casa papel, para envolver alguna cosa o forrar el
cesto de basura. Para eso con un solo ejemplar alcanza. Y no importa la
ideología del editor.
¿Qué paso? ¿Qué
nos paso? ¿Por que tanta mediocridad en un pueblo que supo y pudo estar entre
los mas cultos de America?
¿Por qué pudimos
tener hombres como los de la llamada generación del 80?
¿Es que cambiamos los habitos de alimentación? Tal
vez tanta comida light no es buena para las neuronas, o la dieta de semillas
nos esta llevando a tener cerebro de pajaritos… con la disculpa de estos
bichitos que demuestran una inteligencia que a veces nos supera.
Vamos que no
podemos explicar el cambio, pero que estamos en el horno, estamos en el horno.
Aunque intelectuales
del subdesarrollo vomiten por TV teorías absurdas que intentan demostrar que el
nivel intelectual de los argentinos es elevado.
No señores, no se
confundan ni quieran confundir a los habitantes de esta tierra. Ya no podemos
creer mas en esas definiciones, solo con mirar los programas de televisión o
leer lo periódicos, aquellos que aun conservamos el habito de pensar, vemos en
que nos hemos convertido como país.
¿A quien se lo
debemos? Mejor dicho, ¿a quien le tenemos que dar las gracias por este triunfo
en la carrera del desarrollo?
A nadie. Si
señores A — NA— DIE. Solitos hemos sido
los responsables de tanta decadencia. Solitos hemos copiado de aquellos que
están en el fondo del abismo. Solitos hemos puesto en el poder a ejemplares
dignos de libro Guinness de los corruptos o de los inútiles. Solitos, en el
silencio del cuarto oscuro hemos metidos en la urna la papeleta con esos
nombres tétricos, dignos del elenco de una película de terror. Solitos, nadie
nos llevo de mano. Lo hicimos por pura elección. Pero asi somos, pelotudos
(como dice la reina) hasta para votar.
Elegimos al
“menos malo” no al mejor. Por eso los políticos que hemos tenido y que tenemos
desde hace 70 años, y digo 70 años porque no quiero ir mas atrás, me aburre.
Eso sí, somos
capaces de reírnos hasta hacernos pis, de los monólogos de Tato Bores o de
Enrique Pinti, genios de la palabra que desde la década de 60 han mostrado
nuestras miserias con humor. Pero nos quedamos con eso, admirando a esos
valientes y tantos otros como Discepolo o Landru, por nombrar algunos, que
desde la sátira nos gritan “verdades de a puños”, pero de intentar
hacer algo para mejorar… ni hablar.
—Mucho laburo, che!! Total, mientras mi negocio funcione, el resto me
ch… un huevo —
Y asi somos y asi
estamos. Estamos y estaremos “por los siglos de los siglos, Amen”.
Insisto: “Estamos fritos, argentinos.”
Maria Angelica Valente
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